Es relativamente fácil saber cuándo se produce una adicción a un medicamento: la persona adicta, al igual que con cualquier otra droga, siempre quiere más y más. Puede llegar a inventar dolores o síntomas para justificar la búsqueda de más dosis, creando una situación muy complicada.
Si el paciente deja la medicación, no solo regresarán los síntomas de su enfermedad, sino que también aparecerá un síndrome de abstinencia. En este último aspecto, es lo mismo que la persona sea dependiente o adicta.
Sin embargo, para un adicto, es casi imposible manejar esta situación de forma correcta. A pesar de ello, se puede lograr con esfuerzo y más trabajo en la recuperación.
¡Atención! Este enfoque no es aplicable a cuando te «drogas» (uso recreativo), ya que en el caso de la medicación prescrita, puede ser cuestión de que no hay otro remedio que tomarla para tratar una condición médica legítima.
Aun así, si pocos son los adictos que consiguen salir de la adicción en general, imagínese en estas circunstancias: una enfermedad que requiere el fármaco como tratamiento. No obstante, por poder, se puede lograr.
Imagínese lo que es estar enfermo y, además, soportar la locura de tu adicción activa. El medicamento que te quita el sufrimiento, no puedes tomarlo como te lo indica el médico, sino como lo toma un adicto. Esto se traduce en: «Quiero más». El motivo que se añada a ese deseo es irrelevante; lo que importa es el impulso: «Quiero más Fentanilo por esto o por lo otro», «más Tramadol por esto o aquello».
DOLOR Y ADICCION
El dolor crónico es una causa probable de adicción. Un adicto en recuperación tiene un 90% de riesgo de recaer en la «adicción activa» debido a él. Los adictos activos manejan su dolor por su cuenta.
Algunos médicos pueden asumir que el paciente miente, como el Doctor House. Si sientes que un doctor te trata así, busca otro. Tienes derecho a vivir sin dolor, pero debes mantener la verdad por delante; confesar si tomaste una dosis de más es crucial para evitar volver a la «adicción activa».
Aunque se habla de prevención para drogas ilegales, en el caso del dolor, el 80% de ese 90% de adictos en recuperación vuelve a la adicción con el fármaco. Es fundamental ofrecer al paciente la solución y la educación necesarias si toma estos medicamentos, pero nunca obligarle a tomar el camino de la abstinencia, ya que la imposición conduce al fracaso.
Por muchas medidas de precaución que se tomen, siempre habrá quien se haga adicto a estos fármacos. Esto plantea la pregunta: ¿la persona se hace adicta a la droga que toma o nace adicta?
Son debates que interesan poco; lo importante es evitar la adicción, ya sea a la medicación prescrita o a sustancias obtenidas ilegalmente. Nadie es culpable de estar enfermo, pero el quererse recuperar dependerá de uno mismo.
Habrá quienes, por intereses económicos, intenten obligarte a la recuperación. Otros, en cambio, buscarán motivarte o hacerte ver que tienes un problema para que tú mismo tomes la decisión.
DOLOR Y ADICCION